Los
comienzos
Richard
Wagner, nacido el 22 de mayo de 1813 en Leipzig, recibió
muy pronto las influencias artísticas de su familia; su padre
adoptivo Ludwig Geyer, que era actor y pintor, fue su primer instructor.
Por otra parte, su hermana mayor Rosalie era también actriz
y su otra hermana, Klara, era cantante. El destino profesional de
Klara hizo que la cada de los Wagner fuese visitada por C.M. von
Weber, por quien el joven sintió especial predilección
que trasciende a la opera alemana.
En 1829 Richard descubrió el arte al que dedicaría
toda su vida: asistió a una representación de Fidelio,
quedando deslumbrado ante las dotes vocales y dramáticas
de la soprano Wihelmine Schröder-Devrient (Leonora). El joven
le escribió una carta esa misma noche felicitándola
y profetizando su propia carrera de compositor.
Los estudios musicales de Richard comprendían el piano y
el violín (en los que no destacaba), algunos elementos de
teoría de la música a escondidas de su familia con
G. Mullert, músico de la orquesta de Leipzig. Durante seis
meses estudió con Theodor Weinlig, cantor de Santo Tomás
de Leipzig, el arte de la fuga, cánones, etcétera.
Por otro lado, el interés del joven por la literatura, sobre
todo clásica, le indujo a ser escritor y tras unos primeros
contactos con es te genero en la escuela, Richard descubría
en la opera su ideal, puesto que así podría dedicarse
a los dos géneros conjuntamente.
Su carrera profesional comenzó a los veinte años,
cuando fue contratado como director de coro de Würzburg. Desde
ese momento, Wagner trabajó en una serie de teatros provincianos,
escasos de dinero y con un público de poca categoría.
El joven Richard compuso sus primera operas para tales teatros desde
el puesto de director de orquesta: Las hadas (Die Feen), en Magdeburgo
(1834), basada en un cuento de Gozzi (La donna serpente), que por
su complejidad se estrenó en 1888 (cinco años después
de su muerte), y La prohibición de amar (Das Liebesverbot),
estrenada en Magdeburgo (1836) e inspirada en la obra de Shakespeare
Medida por medida.
El 24 de Noviembre de 1836 se casó con la actriz Minna Planer.
Pronto tuvo problemas tanto económicos como amorosos. Sus
deudas acumuladas mientras trabajó en los teatros de Königsberg,
Dresde y Riga, lo indujeron a huir del país.
Llevaba consigo una obra pensada para ser estrenada en un gran teatro,
Rienzi. En ella imita el estilo de Meyerbeer, con grandes coros,
ballet y una escenografía complicada (como el incendio del
Capitolio). París sería su destino; durante la travesía
hacia Londres (camino de París) una serie de terribles tempestades
le inspiró una nueva opera: El holandés errante (Der
fliegende Höllander).
La estancia en París fue un fracaso absoluto para Wagner.
Además de no poder estrenar ninguna de sus operas, hubo de
trabajar en reducciones para piano y canto de operas italianas por
las que tomó gran aversión.
Incluso permaneció un breve tiempo en la cárcel de
deudores, puesto que sus deudas se acumulaban rápidamente
y los ingresos escaseaban. Finalmente fue la ciudad de Dresde la
que, gracias a la ayuda de Meyerbeer, aceptó el estreno de
Rienzi. Wagner abandonó París con amargura, pero con
las esperanzas puestas en su propia patria.
Rienzi se estrenó el 20 de Octubre de 1842 con gran éxito,
a pesar de su estilo parisiense de gran envergadura (cinco horas).
Wagner fue desde entonces un compositor considerado en su patria.
El comienzo el drama musical wagneriano
El
mismo Teatro Real de Dresde aceptó El holandés errante
en 1842-1843. Wagner daba un paso de gran importancia hacia el drama
musical al utilizar desde la obertura la unión de temas musicales
con los personajes principales, los sentimientos y los hechos del
drama, adquiriendo gradualmente la noción de leitmotiv o
tema conductor, que sería esencial en la forma de componer
sus óperas posteriores. Por otro lado, la influencia de Weber
aumenta su interés por el mundo germánico, sobre todo
por el mítico y legendario, tan importante en la tradición
cultural alemana.
Así El holandés es una leyenda germánica sobre
el capitán blasfemo que cada siete años desembarca
en tierra con la esperanza de que el amor redentor de una mujer
fiel lo libere de la maldición a la que ha sido condenado.
A pesar de los cambios estilísticos, Wagner todavía
utiliza las arias y dúos tradicionales, que poco a poco irán
desapareciendo en sus nuevas obras. La ópera no tuvo la acogida
de Rienzi, pero gracias a ella consiguió el puesto de director
de cámara de la casa real de Sajonia.
Con Tannhäuser, estrenada en Dresde en 1845, avanzaba en la
utilización de los temas conductores, ahora más extensos.
Revive el mundo legendario medieval de los caballeros Minnesinger
alemanes, equivalentes a los trovadores provenzales. Pero aquí
el drama toma un aspecto religioso enfrentándose, por un
lado, el amor "carnal" que simboliza la diosa Venus y,
por otro, el amor espiritual de Elisabeth.
La obra comienza en el Venusberg, donde permanece Tannhäuser
junto a la diosa. El caballero añora el mundo terrenal y
consigue que Venus le permita volver a él. Una vez en la
región de Turingia (principios de siglo XIII), reencuentra
a sus compañeros de canto y caballería, que al pronunciar
el nombre de Elisabeth (antiguo amor del caballero) consiguen que
Tannhäuser los acompañe hasta el castillo, donde los
esperan para celebrar uno de los concursos.
El landgrave de Turingia lo abre. Tannhäuser, en medio de una
alucinación, realiza el exaltado canto sobre los placeres
del Venusberg (utilizando para ello su leitmotiv). Ante tal osadía
los caballeros presentes lo rodean para matarlo; pero intercede
Elisabeth por él y logra que los caballeros acepten que Tannhäuser
vaya en peregrinación a Roma para que el papa le perdone.
En el acto tercero, Elisabeth, viendo que Tannhäuser no regresa,
muere encomendándose a la Virgen para que su amado logre
el perdón. De vuelta al valle de Turingia, Tannhäuser
al conocer el hecho renuncia al Venusberg y muere junto a su amada
mientras un grupo de peregrinos provenientes de Roma anuncian que
el santo padre le ha perdonado al fin.
El constante entrelazamiento de los diferentes temas conductores,
perfectamente adaptadas al texto, consigue que la música
transcurra a través del propio texto. La idea de Wagner es
utilizar la música como medio para llegar al drama; al contrario
de la opera italiana donde el drama es el medio para llegar a la
música.
En Lohengrin utiliza el nuevo método dramático musical
en forma intensiva. En la obertura, por ejemplo, escuchamos el "tema
del misterio" y el del santo Grial; este último reaparece
en la misma forma tras casi cuatro horas de ópera, cuando
Lohengrin se identifica como un caballero del Santo Grial.
A pesar de que Wagner creía en la eficacia de su sistema,
éste realmente tenía sus fisuras, ya que para sus
contemporáneos era muy difícil reconocer los numerosos
temas que configuran la música y que se relacionaban íntimamente
con el texto; sistema que casi nadie comprendía por su complejidad
y porque sus óperas sólo se representaban en pocos
teatros.
Richard Wagner comenzó la composición de Lohengrin
en 1845, pero la participación activa por parte del compositor
en los hechos revolucionarios de Dresde (1848-1849) le obligaron
a refugiarse primero en Weimar junto a Listz y, al decretarse la
orden de busca y captura contra él, a exiliarse en Suiza.
Lohengrin fue por tanto la primera ópera que se estrenó
en Alemania (Weimar, 28 de Agosto de 1850) mientras Richard permanecía
en el exilio. En ella encontramos aún influencias notablemente
italianizantes y meyerbeerianas.
El mecenazgo del rey Luis II de Baviera
Cuando
el compositor se había retirado a Mariafeld (cerca de Zurich,
mayo de 1864) huyendo de sus acreedores se le presentó como
un milagro el secretario del gabinete de Luis II para indicarle
que el rey, su más ardiente admirador, se sentiría
halagado si aceptase ser su invitado. Rápidamente fueron
pagadas las numerosas deudas contraídas por el compositor
que se instaló cómodamente en una casa cercana a la
residencia de verano del rey en Berg. Para él compuso La
marcha del Homenaje.
El 1 de Junio de 1865 se estrenó Tristán e Isolda
en Munich, mientras Wagner comenzaba su autobiografía Mi
vida (Mein Leben). Pero se supo que había iniciado relaciones
con Cosima Listz y fueron aprovechadas para una intriga cortesana
que obligó a Luis II a pedirle que se alejase un tiempo de
Munich. Se trasladó a Suiza y, tras la muerte de su esposa
Minna en Dresde (1866), se instaló con Cosima en la hermosa
villa de Triebschen a orillas del lago de Ginebra, con sus cuatro
hijas.
Richard pudo trabajar en sus óperas sin preocuparse de sus
gastos y en 1867 terminaba Los maestros cantores de Nuremberg (Die
Meistersinger von Nürnberg); una obra concebida en teoría
como ópera cómica, pero que en realidad es una aproximación
a las costumbres de la época de los Cantores Gremiales (Meistersingers)
alemanes.
Bayreuth
Continuó viviendo en Triebschen, donde frecuentemente le
visitaba Nietzsche. A lo largo de 1869 terminó Sigfrido casi
por entero; las últimas páginas las acabaría
en 1871. El 22 de septiembre de 1869 presentó El oro del
Rin en Munich, mientras iniciaba la composición de El ocaso
de los dioses. Ese poema fue leído por Wagner en Dresde,
Zurich y París con notable éxito. Los amigos mostraban
su admiración ante la epopeya del héroe germano, si
bien ponían ciertos reparos de la viablidad de su representación
escénica y la ilación del argumento. Tras largos años
de convivir con Wagner, Cósima se divorcia de Hans von Bülow
y se casa con Richard (1870); para su cumpleaños él
le compuso El idilio de Sigfrido. Por ésta época viajó
Wagner sucesivamente a Alemania para preparar el camuino de su Fesrspielhaus
en Bayreuth y para la fundación de la Sociedad Wagner. El
día de su quincuagésimo noveno cumpleaños puso
la primera piedra del Teatro de Bayreuth, y al año siguiente
realizó una gira de conciertos por Alemania para recoger
fondos, y finalmene y gracias a la generosa ayuda de Luis II se
pudo terminar.
Ese mismo año (1874) construyó su casa Wahnfried de
Bayreuth, a la que se trasladó. En ella terminó El
ocaso de los dioses, dando fin a la Tetralogía, que fue estrenada
formando tres ciclos completos en Bayreuth (1876). Las pérdidas
económicas fueron cuantiosas; pero era el espectáculo
que todos querían ver. Después del festival, Wagner
se trasladó con su familia a Londres. Donde dirigió
una serie de conciertos para captar fondos que cubriesen las pérdidas
de Bayreuth. Poco después se le presentaron sus primeros
problemas de corazíon, por lo que se trasladó a Bad
Ems (1877) para una cura de salud.
Parsifal, la última opera
En 1882 Wagner terminó su última ópera, Parsifal,
en Palermo; tomó como modelo el Parzival de Wolfram von Echenbach
(1160-1220 aprox.) quien, a su vez, había sacado el argumento
de antiguas leyendas bretonas. La trama se centra en la montaña
de Monsalvat, donde los caballeros del Santo Grial guardan celosamente
el cáliz sagrado de la última cena. Amfortas, rey
de los caballeros, fue seducido por Kundry y aprovechando su debilidad,
Klingsor, un caballero réprobo y ambicioso, le había
quitado la santa alianza hiriéndole con ella. Desde entonces
la herida no había dejado de sangrar.
Una profecía que había de un joven puro que salvará
a Amfortas es la única esperanza. Cierto día lleha
un joven puro, que no conoce su nombre ni a sus padres; Gurnemanz,
uno de los caballeros, lo lleva al ágape sagrado, pero al
ver que el joven no da señales de ser el enviado de la profecía
le hace salir del castillo. Parsifal, sin embargo, vencerá
a Kundry y a Klingsor recuperando la lanza sagrada.
En el último acto ha pasado mucho tiempo y Parsifal retorna
al castillo del Grial. Es Viernes Santo; Guernemanz reconoce ahora
al salvador de la profecía y lo proclama como nuevo rey del
Grial. Se dirigen a la sala donde permanecen Amfortas y los caballeros,
Parsifal toca la herida de Amfortas, que queda curado. Entonces
descubre el grial, que recupera su purísma luz, mientras
que desde el cielo desciende una paloma blanca sobre los caballeros,
momento en que Kundry, que se ha convertido, muere.
El último drama wagneriano es de hecho un cuadro místico
cristiano. Parsifal se convierte al din en mensajero de salvación,
Kunfry y Amfortas representan el símbolo de la culpa y la
superción.
Wagner sufrió un primer ataque al corazón en Berlín
(1881) y el segundo en Bayreuth, donde ya repuesto estrenó
el 26 de julio de 1882 Parsifal, dando 16 funciones en las que el
trercer acto de cada una de ellas fue dirigida por el propio compositor.
Se trasladó a Venecia para recuperar su salud ya muy deteriorada;
pero en 13 de febrero de 1883 moría en dicha ciudad. El día
18 fue enterrado en el jardín de Wahnfried, en Bayreuth,
donde después se enterró también a su esposa.
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